La creación de GIT fue curiosa; mientras Linus Torvalds trabajaba en el desarrollo del kernel de Linux, se dio cuenta de que necesitaba una herramienta que le permitiera controlar los cambios en su proyecto.
Aunque ya usaba uno de los sistemas de control de versiones disponibles en ese momento, decidió desarrollar un software libre que se ajustara al objetivo que él tenía en mente.
GIT no es más que un sistema de control de versiones que se utiliza para hacer un seguimiento de los cambios que se realizan al código de un proyecto, permitiendo integrar el trabajo de uno o varios desarrolladores.
Para comprender cómo funciona GIT es imprescindible que conozcas algunos términos de uso común cuando se trabaja con esta herramienta:
Es cualquier proyecto de desarrollo de software cuyos cambios son monitoreados a través de GIT.
Con este término se conoce a cada cambio que se va registrando en el historial del repositorio o proyecto en el que se está trabajando.
Reciben el nombre de clon cada una de las copias que se hacen del repositorio original. Cuando se trabaja en equipo, cada programador tiene un clon del proyecto.
Es cada una de las versiones que se van creando del repositorio inicial, por lo general cada desarrollador trabaja en una parte del código y luego estas modificaciones se integran para avanzar en el proyecto.
Es un clon especial que se hace de un repositorio para, a partir de este, dar inicio a proyecto nuevo, totalmente independiente del original.
Puedes trabajar con GIT con una línea de comandos o instalar un programa con una interfaz gráfica de usuario para facilitar algunas de las tareas. Sin embargo, lo ideal es aprender a utilizarlo desde la terminal para una mejor comprensión del proceso.
El flujo de trabajo es más o menos como sigue:
Inicialmente, puede ser que te intimide un poco la idea de usar GIT, pero con paciencia y práctica alcanzarás el dominio de esta herramienta que es de uso obligado en el mundo del desarrollo de software en este momento.